Clara Jiménez lo sacrificó todo para que su hijo pudiera tener un futuro mejor, vendiendo lo poco que tenía y trabajando sin descanso. Años después, su hijo ha logrado éxito en la ciudad y está a punto de ser padre por segunda vez. Llena de emoción, Clara decide viajar desde su humilde hogar en el campo para conocer a su nieto y reunirse con su familia. Pero lo que ella jamás imaginó es que, al llegar, su propio hijo la negaría frente a su esposa, presentándola como una simple tía. Lo que comienza como una visita familiar, pronto se convierte en una pesadilla cuando Clara es forzada a trabajar como sirvienta en casa de su hijo, y humillada públicamente por su nuera, quien la acusa falsamente de robar.