Sara conoció a Diego, quien había quedado sordo y mudo tras un accidente automovilístico, en el momento en que sus padres fallecieron. Para salvarlo de su intento de suicidio, Sara se hizo pasar por sorda y muda. Así, su relación evolucionó de amistad a amor, y juntos enfrentaron cinco años de adversidades. Sin embargo, al recuperar la salud y reintegrarse a la alta sociedad, Diego comenzó a sentir que tener a Sara, su novia sorda, ponía en entredicho su reputación. Se debatió entre sus sentimientos y las percepciones ajenas. Mientras tanto, Sara redescubrió su identidad como hija de un magnate. Finalmente, reveló que no era sorda de nacimiento y, con el apoyo de su abuelo, recuperó su verdadero yo, decidiendo poner fin a esa relación.